La vida en unos grandes almacenes son de todo menos aburrida
Se me hace algo raro que de la serie de la que hablo hoy sea practicamente una desconocida. Por lo menos es la impresión que tengo, pues apenas he leído nada sobre ella. Partimos de la base y eso tengo que admitirlo, que no es una serie para grandes masas, incluso tal vez ni para medias, pero "Superstore" se me antoja como una serie muy disfrutable para el que gusta de las sitcoms. La serie fue creada por Justin Spitzer (que ya estuvo en las series The Office o Scrubs), por lo que llega con un bagaje más que interesante hasta esta nueva serie por aquel entonces. La serie consta de seis temporadas (y NBC ha anunciado que es la última). La acción nos situa en una franquicia de grades almacenes, concretamente en Nube 9, allí seremos testigos del día a día de un grupo de empleados. Lo que hace interesante y que funcione la serie es sin duda sus personajes y situaciones entre lo cotidiano y lo surrealista de muchas peripecias que por allí se deja ver.
Para ello sus guionistas y los actores que dan vida son la esencia de "Superstore". Los empleados son una fauna más que estrambótica, desde el encargado, bonachón, buena persona pero algo inocente y religioso, la subencargada algo tirana y estricta hasta el indocumentado filipino que se cree superior al resto. Son solo algunos de lo que nos podemos encontrar entre sus integrantes. Estamos ante una comedia realmente divertida, donde la situaciones y el humor negruzco por momentos desatan una catársis de acontecimientos de lo más esperpéntico en muchas ocasiones.
Las rencillas son el pan nuestro de cada día en la tienda, donde los personajes se irán mezclando tanto en sus vidas profesionales como privadas. "Superstore" juega en la liga de las comedias con cierto mensaje reivindicativo, ya sea en la vida laboral como en la sociedad y sus etnias. La serie no son de la que enganchan a la primera (o por lo menos eso me ha pasado a mi), son de las que poco a poco sus protagonistas van calando en nosotros, hasta que al final se les coge cariño. Una sitcom a reivindicar, que merece en mi modesta opinión un hueco entre tanta mediocridad que hacen de otras por medio de mucha publicidad alcanzar estatus que sin duda no deberían. Si le dáis una oportunidad tal vez esta panda de empelados os seduzcan
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