"Aullando a la Luna"
Toc Toc, tocaron la puerta justo a las ocho y media de la noche, frente a mi alguien disfrazado de Hombre lobo. No era yo muy de celebrar el día de Halloween, pero aquel año no se la razón, me apetecía participar.
Aquella persona dijo la famosa frase – Truco o trato – mientras extendía los brazos sosteniendo una bolsa grande que ya estaba hasta los topes de caramelos y gominolas. Yo iba con un disfraz de Pedro Picapiedra, mis dibujos animados favoritos de pequeño.
Retrocedí unos pasos para recoger el bol grande donde tenía las golosinas, incluyendo mini chocolatinas variadas. Al volver a girarme para depositarlas en la bolsa de aquel niño, ya había desaparecido. Saco un poco la cabeza y miré alrededor, pero nada, ni rastro de aquel Hombre lobo.
Tras de mí oí una fuerte respiración, al darme la vuelta estaba dentro de casa, su expresión graciosa había dejado paso a una de terror, mientras su boca rezumaba saliva. El ceño fruncido y sus ojos negros como la noche se tornaron amenazantes, mi corazón se aceleró ante aquel tipo disfrazado que parecía tan real.
Por un momento me vino a la mente Lon Chaney Jr, en aquel maravilloso film de 1941. Casi sin tiempo para poder reaccionar, levantó un brazo y sus afiladas zarpas se clavaron en mi pecho.
Solté la bolsa de caramelos esparciéndose por toda la tarima flotante. Aquella negra noche en que decidí participar por primera vez, una luna llena bañaba todo mi vecindario.
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