El voyeur anónimo
Desde su apartamento 4º derecha divisaba la fauna que pululaba en su comunidad de vecinos. En medio se situaba una piscina de estilo básico y rectangular, acompañada de algunas hamacas esparcidas de forma aleatoria. Tras una cortina de suave tela casi traslúcida, observaba cada noche los balcones de sus vecinos. El día era aburrido en su trabajo, deseoso de poder llegar a casa y que la oscuridad le mostrara las costumbres y miserias de aquellas personas que no conocía, solo tal vez un "hola" fugaz en cualquier rellano o ascensor. Su rutina consistía en soltar su maletín con código de seguridad sobre el sofá, abrir la nevera y coger una cerveza, sentarse con la luz apagada en un taburete, quitar la tapa de su telescopio y buscar acción tras la lente. Los grandes cristales que revestían las viviendas eran una puerta abierta, una invitación no forzada para cualquiera. Mientras las gotas frías de la botella resbalaban por su mano, con la otra empuñaba el telescopio haciéndolo mover suavemente de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, buscando la mejor escena de la noche. Una mujer rubia de la planta tres reclama su atención, curvas sugerentes, descalza y en pleno proceso de meterse en la ducha dispara su líbido. Gotitas de frío van cayendo en su pantalón, mientras apura la cerveza. Se pone de pie y con la pierna retrasa el taburete, inclinado sobre la lente del telescopio se baja la cremallera de su pantalón. La chica ahora desnuda es rociada por cientos de gotas de presión que salpican su escultural figura. Llevado por la lujuria, nuestro hombre descorre las cortinas en busca de una visión más nítida, mientras la oscura noche nublada de aquel día lo protegen de ser descubierto. Perdido en medio del deseo y el frenesí, una cortina enfrente suyo se abre un poco. Ajeno a ello, alguien coloca un silenciador en un rifle, apunta cuidadosamente desde la planta quinta. Una bala cruza por encima de la solitaria piscina hasta impactar en la cabeza de nuestro voyeur anónimo, cayendo al suelo de su balcón mientras un ruido tintineante de cristal sacude la comunidad. Al cabo de unos minutos la puerta de su apartamento es abierta, alguien se cuela dentro cogiendo aquel maletín que día tras día descansaba en el sofá algo desgastado del 4º derecha.
Fin
Me ha gustado mucho el relato. Magnífica forma de entrelazar dos acontecimientos de esas características en tan pocas palabras. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Javier.
EliminarSaludos
Hola Victor!
ResponderEliminarMe ha gustado, buen uso del tiempo y muy visual.
Saludos!
Gracias Fran, si, me gusta destallar las escenas.
EliminarUn saludo
Toda una escena de película, Víctor... me encantó!
ResponderEliminarTe repito, me gusta mucho tu faceta de escritor, tienes que mostrarla más seguido.
Un beso.
Gracias Alma. Si, ha quedado muy cinematográfico. Solo escribo para pasar el rato jeje, soy algo vago.
EliminarUn abrazo
sacada de una película, de un thriller si le tenemos que poner género... saludos master
ResponderEliminarNo lo había pensado, si, podría ser un thriller
EliminarUn saludo
Buen relato. Corto y directo que te deja con ganas de saber más.
ResponderEliminarGracias Kilian. Me gustan así, breves y con expectativas abiertas.
EliminarQue buen relato. Me recuerda a Doble de cuerpo.
ResponderEliminarO sea que esa visión deslumbrante fue algo planeado, parte esencial de una trampa, para matarlo y llevarse ese maletín con código de seguridad.
Por lo menos tuvo una buena visión antes de morir.
Saludos.
No la he visto,,,,,,de De Palma creo. No se si fue parte de una trampa jaja...yo solo dejo que fluya.
EliminarUn saludo