Suplemento dominical:HOLLYWOOD IS DEAD

La nostalgia es un pozo inacabable del ser humano, está constantemente planeando en nuestro cerebro como un sueño eterno. Nada o casi podemos hacer contra ello, es un mal necesario que toda persona añora, ya sea en relación a amistad, amores, familia o la causa que más rendimiento saca el ente externo de nosotros, ese por el cual se nutre y se beneficia la actual sociedad, nuestros hobbys. Este puede venir en celuloide (digital hoy casi todo), cómics, figuras y muñecos de nuestra infancia (y no tanta), dibujos y un sinfín más dirigido a los que ya pintamos canas. Especialmente me quiero detener a modo de leve reflexión sobre el tema del séptimo arte, es curioso como una y otra vez se vuelve sobre los mismos pasos.

La que una vez fuera meca del cine, del entretenimiento y alivio para la vida diaria de millones de personas, la evasión ya fuera en tiempos de crisis económica, para olvidar las guerras o para escondernos de la realidad de cada país y situación convulsa, está en plena crisis desde hace muchos años. No hablo de crisis en el ámbito monetario, las taquillas siguen funcionando extremadamente bien incluso cuando muchos pensaban que la piratería y los nuevos formatos de ver lo audiovisual acabarían con la afluencia del respetable a las salas de cine. No se en un futuro, pero por el momento y aunque el grueso solo sea para películas anunciadas a bombo y platillo, las masas siguen peregrinando hasta su sala de cine más cercana.

Pero mi reflexión intrascendente y superflua de mis propios pensamientos vienen a causa de la sequía tan acuciante y preocupante de la que hace gala la que una vez fuera la meca del cine. Lejos quedan ya los tiempos de las sorpresas a la que nos tenían acostumbrados, la calidad de sus producciones que aunaban tanto diversión, originalidad, buenos guiones y actores de relumbrón. El aquí y ahora es el remake, la vuelta a los orígenes, las historias ya contadas con anterioridad y las franquicias pasadas y presententes que están siendo explotadas por la nula capacidad de ideas de una industria agonizante. Tampoco puedo dejar de decir que la explotación de una marca (entiéndase esto a películas) se lleva haciendo casi toda la vida, productos de terror y ciencia ficción a la cabeza, pero da la sensación de que antes había un límite.

Aquí es donde tal vez entra la nostalgia de la que hablaba al principio del artículo, parece que cualquier tiempo pasado fue mejor, y Hollywood lo sabe. Nos lo da a grandes dosis, nos inundan con su publicidad y nos hacen creer que tenemos que volver allí para poder volver a sentir, cuando muchas veces esos recuerdos no deben de ser removidos. La máquina sigue en funcionamiento, los billetes mientras sigan fluyendo de nuestros bolsillos a los de los poderosos estudios nos seguirán bombardeando con presentes y futuras relecturas de un mismo mito. Imagino que dentro de no mucho dejaremos atrás los años 80 para revivir durante muchos años más la década de los 90, yo ya por si acaso voy desempolvando mis camisas de cuadros tipo leñador y mis poster de Nirvana. Pero lo que sí tengo claro es que como reza ese cartel que preside esta pequeña reflexión personal............HOLLYWOOD está MUERTO.