23 de noviembre de 2019

4x4 (2019)

Una prisión sobre ruedas
Hay personas que gustan de sustraer cosas ajenas, unas lo hacen por necesidad, otras por avaricia e inclusos hay también quién lo hace por maldad. La categoría que la ponga cada uno, pero lo que sí tengo claro es que si no es tuyo no lo cojas pues las consecuencias pueden ser nefastas. También es cierto a quién hay que la suerte le acompaña y delinquen una y otra vez pasando por la vida sin recibir ningún tipo de represalias. Este último pensamiento imagino que tendría o por lo menos esperaba el protagonista de esta historia. Y como vemos en este caso la ficción puede ser incluso más dura que la realidad. Estamos ante una coproducción entre Argentina y España, aunque el grueso es mayormente del país sudamericano. La película viene dirigida por Mariano Cohn en el que es su debut como director en solitario. En su filmografía tiene títulos tan maravillosos como El hombre de al lado (2009) y Ciudadano ilustre (2016), dos para mi de las mejores películas a nivel mundial de la última década.
Ambas vienen firmadas a cuatro manos con Gastón Duprat,(quién precisamente coescribe también esta historia junto al director) haciendo una más que apabullante pareja de directores bien compenetrados. En cuanto al reparto tenemos a Peter Lanzani (Ciro) protagonista absoluto de la historia. Dady Brieva (Enrique Ferrari) y Luis Brandoni como (Julio Amadeo). Nos encontramos en un barrio humilde de Buenos Aires, en él un todoterreno de aspecto llamativo y presencia golosa llama la atención como un caramelo a la puerta de un colegio. No tardará mucho en aparecer un chaval (camiseta de Boca incluida) para ver que puede llevarse de su interior. Una vez dentro y levantado el ordenador de abordo se dispone a salir del coche. Su sorpresa llega cuando descubre que no hay forma de hacerlo posible. Dentro empezará una  aventura pesadillesca que nunca podrá olvidar. La propuesta se viste en forma de thriller callejero, donde la idiosincrasia del lugar y sus habitantes giran en torno a nuestro prisionero involuntario. La dirección de Cohn es sin duda muy lograda y efectiva, sabiendo jugar con los tiempos y complejidad que este tipo de historias minimalistas demandan. Todo ello viene con el buen guión que coescribió con su amigo Duprat y que se ve reflejado en la pantalla. Para mantener esta trama y hacerla efectista a nosotros los espectadores, cabe destacar al protagonista y su estupenda interpretación, quién desprende esa angustia, rabia e impotencia que con el transcurrir del tiempo en la trama sabe sacar a la superficie.
Esta "4×4" tiene el trasfondo de denunciar varias situaciones. Por un lado la inseguridad ciudadana ante la actual situación del país (que también puede pasar como de hecho sucede en infinidad de lugares del mundo), donde ciertas zonas son un tanto olvidadas por las autoridades y políticos en favor de las más pudientes. Y por el otro si las personas tienen el derecho de tomarse la justicia por su mano ante la inoperatividad de las autoridades designadas a ello. La película se ajusta muy bien en duración y desarrollo, haciendo que en ningún momento se atasque ni divague en superfluos hilos secundarios. Una propuesta muy interesante que se queda de todas formas lejos de los dos títulos antes mencionados pero que merece un pequeño hueco en nuestra agenda. Eso es todo desde mi rincón favorito.

Puntuación general: 7/10

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