Antes
de nada debo confesar que hubo una época donde apenas conocía a
esta banda y que además tenía una idea preconcebida sobre la misma:
pensaba que eran una especie de grupo prefabricado, una especie de
títeres en manos de unos avezados productores; en definitiva, otros
“one hit wonders” (“The
letter”).
Lógicamente estaba completamente equivocado, aunque me da la
sensación después de profundizar en su historia que, por una serie
de causas que más adelante intentaré desvelar, no llegaron a
explotar todo su potencial creativo.
El
hecho es que el grupo comienza su andadura en 1963, llamándose
primero Ronnie
and the Devilles
y más tarde The
Devilles,
con la habitual entrada y salida de miembros que suele producirse
durante su creación, fogueándose en los clubs de Memphis, hasta que
saltan a la palestra en 1967 al ganar la batalla semanal del concurso
de bandas de dicha ciudad.
La
formación (ya consolidada) contaba por esa época con Alex
Chilton
(vocalista y guitarra), John
Evans
(guitarra, teclados, coros), Bill
Cunningham
(bajo, teclados, coros), Gary
Talley
(guitarra, sitar, bajo, coros) y Danny
Smithe
(batería); consiguen fichar por el sello Bell
Records,
grabando en los American
Recording Studios de
Chips
Moman,
bajo
la producción del prestigioso compositor Dan
Penn
con el definitivo nombre de The
Box Tops,
para evitar la confusión con otra banda que actuaba con el nombre de
Devilles.
En
el estudio, Penn
les mostró varios temas escritos por un colega suyo, Wayne
Carson Thompson (co-autor
del clásico “Always
on my mind”
de Elvis
Presley),
entre ellos “The
letter”,
que había compuesto en un par de horas a partir de una frase que le
había escuchado a su padre (“Give me a ticket for an aeroplane…”)
y que trataba sobre un chico que recibe una carta de un antiguo amor
donde le confiesa
los momentos tan especiales que vivió junto a él. Al protagonista
le da una especie de “subidón” y sólo piensa en adquirir un
billete de avión y reunirse con su amada.
Todos
los detalles de esa composición de apenas dos minutos son perfectos:
la inocente letra, la perfecta mezcla de soul y pop que definirá el
estilo del grupo, el ritmo pegadizo, los precisos y oscuros arreglos
de viento y cuerda y, sobre todo, el vozarrón negroide que se gasta
Alex
Chilton
a sus 16 añitos, en un registro completamente distinto a la
fragilidad que mostrará con los futuros Big
Star.
Por supuesto, el tema se convirtió en un superéxito internacional,
alcanzando el número uno en las listas de medio mundo (llegando a
vender la friolera de cuatro millones de copias) y convirtiéndose en
una canción legendaria desde el momento de su publicación. De
hecho, volvería a triunfar en 1970 en la voz de Joe
Cocker. Otro
de los temas aportados por Carson
es
“Neon
Rainbow”,
un adictivo corte de carácter pop, con una letra psicodélica muy
acorde con aquella época, y ambos pasarían a formar parte de un más
que notable debut, “The
letter/Neon Rainbow”,
aparecido a finales de 1967, donde también destacan “Happy
times”,
una optimista composición soul de Dan
Penn
y Spooner
Oldham (quienes
también aportan “Everything
I am”,
“I’m
your puppet”
y “I
pray for rain”),
además de dos versiones de un emergente Bobby
Womack
(“People
make the world”
y “Gonna
find somebody”),
la nostálgica “Trains
and boats and planes”
del dúo Bacharach/David,
la
country “Break
my mind”
de J.D.
Loudermilk (versionada
en los noventa por
The Jayhawks)
o una delicada adaptación del superéxito de Procol
Harum
(“A
whiter shade of pale”).
Sin
embargo, los primeros focos de tensión surgen en el seno del grupo
cuando la discográfica impone a músicos de sesión (Reggie
Young,
Tommy
Cogbill,
Gene
Christman,
Terry
Manning
o el propio Bobby
Womack)
para respaldar a Chilton,
en detrimento de la propia banda, aunque éstos habían tocado en
“The
letter”
y en las propias actuaciones en directo.
En
1968 publican otro interesante álbum, “Cry
like a baby”,
nuevamente bajo la producción de Penn,
que compone junto a Oldham
el excitante tema homónimo (versionado posteriormente por artistas
tan diversos como Hacienda
Brothers
o Kim
Carnes)
lanzado como single y sobrepasando el millón de copias,
el excepcional “Fields
of
clover”
y otros cortes más que notables (“Everytime”
o “727”).
Del resto destacan un par de covers del infravalorado Mickey
Newbury (“Good
morning dear”
y “Weeping
Analeah”),
el inmortal himno de las Supremes
(“You
keep me hangin’ on”),
la extraña “Deep
in
Kentucky”
de Bill
Davidson
o la emotiva “Lost”
de Glen
Spreen
y Mark
James.
Siguiendo
el ritmo asfixiante de publicaciones, a mediados de 1968 ve la luz
“Nonstop”
(un
título bastante premonitorio de la velocidad a la que circulaba la
carrera del grupo), aunque antes ya se habían bajado del barco tanto
Evans
como Smythe,
que deciden retomar nuevamente los estudios, siendo sustituidos por
el bajista Rick
Allen (The
Gentrys)
y el batería Thomas
Boggs
(Board
of Directors)
Dicho
álbum será la última colaboración con Dan
Penn en
materia de composición y producción, aunque la máquina siga
funcionando a pleno rendimiento. Destacan, en esta ocasión, la
bluesy “Choo-choo
train”,
un inspirado tema del soulman blanco Eddie
Hinton
(quien también aporta “If
I had let you in”),
la palpitante ”She
shot a hole in my soul”,
un par de contribuciones del binomio Oldham/Penn
(la conmovedora “People
gonna talk”
y la gospeliana “I
met her in church”)
y el nostálgico corte de Wayne
Carson Thompson
(“Sandman”).
Del resto del material, versiones del clásico de Hank
Snow
(“I’m
movin’ on”),
de B.B.
King
(“Rock
me”),
Randy
Newman
(“Let
me go”)
entre otras, y por primera vez, Alex
Chilton
consigue colar dos composiciones: La funky “I
can dig it”
y la balada soul “Since
I been gone”.
A
finales de 1968, tomarán el relevo como productores Tommy
Cogbill
y Chips
Moman
y el resultado será “Dimensions”
(1969), a la postre el último trabajo de esa primera época. De
entre los cortes de este álbum sobresalen el tema que inaugura el
mismo, el optimista “Soul
Deep”
de Wayne
Carson Thompson,
que será el último gran éxito de la banda, el ritmo juguetón de
la popera “Sweet
cream ladies, forward march”,
tres nuevas aportaciones de Chilton,
que se empieza a destapar como un gran compositor (el escalofriante
tema soul “Together”,
el turbador blues “I
must be devil”
y un notable corte con sabor country “(The)
happy song”)
o adaptaciones de Dylan
(“I
shall be released”)
y Neil
Diamond
(“Ain’t
that way”).
Ese
mismo año Cunningham
abandona el grupo y es sustituido por Harold
Cloud. Pero
en 1970, tras una fallida gira por Gran Bretaña, y aunque en primera
instancia Alex
Chilton
y Gary
Talley
pretenden seguir adelante con el grupo, el ritmo frenético de
lanzamientos, la falta de libertad en la toma de decisiones y la
manipulación que han sufrido desde adolescentes por parte de
abogados, managers, promotores, productores o la propia discográfica
han provocado un total desencanto y lleva a la disolución del grupo. No
obstante, el sello Bell
Records
seguirá editando singles hasta 1971 del material que aún
conservaban de la banda, aunque con escaso éxito; entre otras, “Turn
on a dream”,
la agridulce composición de Chilton
“I
see only sunshine”
o la pegadiza “You
keep tightening up
on
me”
de Wayne
Carson Thompson,
que hubiesen merecido mejor suerte.
Sin
embargo, por extraño que parezca, como el nombre de Box
Tops era
una especie de marca registrada perteneciente a una determinada
compañía y todavía conservaba cierto prestigio y potencial de
ventas, se siguió explotando ocasionalmente (por supuesto sin ningún
miembro original) y con la voz de los desconocidos J.J.
Breeze o
Ron
Jordan,
publicándose una serie de singles tanto en el sello de
Al
Green
o Ann
Peebles,
Hi
Records
(“Sugar
Creek Woman”
en 1972 y “Hold
on girl”
en 1973) como en Stax,
“Willobee
and Dale”
(1974), pero todos esos sencillos pasaron con más pena que gloria. La
mayoría de los miembros del grupo continuaron involucrados, en mayor
o menor medida, en la industria discográfica. El más conocido,
Chilton,
fundó los malditos Big
Star,
formó parte de Tav
Falco’s Panther Burns,
ejerció esporádicamente como productor (The
Cramps,
The
Gories, etc)
y mantuvo una irregular carrera en solitario. Gary
Talley
siguió trabajando como guitarrista de sesión y compositor (Billy
Preston,
Hank
Ballard,
Chips
Moman,
Waylon
Jennings,
Webb
Pierce,
Willie
Nelson,
Tammy
Wynette
o Sam
Moore
de Sam
& Dave).
Y mientras que Bill
Cunningham
obtuvo una plaza en la prestigiosa orquesta de la Casablanca
(Washington DC) tras finalizar sus estudios musicales, John
Evans
tocó ocasionalmente en diversas bandas de Memphis, mientras
trabajaba como lutier, hasta que se centró en el lucrativo negocio
de la informática. Por su parte, Danny
Smithe
también participó en diversas bandas de soul y blues de Memphis en
los setenta, se dedicó al negocio del arte en los ochenta y volvió
a la música en los noventa.
En
1989 se produjo una reunión con motivo de un concierto en Nashville
con Alex
Chilton,
John
Evans,
Gary
Talley
y Harold
Cloud,
a los que se unió Gene
Houston
como batería. Sin embargo, es en 1996 cuando se produce la
reunificación definitiva de la banda, auspiciada por Bill
Cunningham (regresando
de paso Smythe
a
la batería), grabando un nostálgico y quizás innecesario álbum de
retorno autoproducido, “Tear
off!”
(1998) con versiones de Bobby
Womack,
Eddie
Floyd,
Willie
Dixon,
Sam
Cooke,
The
Gentrys,
etc y una nueva recreación de “The
letter”.
En
2001, participan en un insólito disco recopilatorio titulado “When
pigs fly”
donde diversos artistas realizaban versiones alejadas a priori de su
estilo (por ejemplo, el actor Jackie
Chan
y la cantautora Ani
Difranco
interpretaban el “Unforgettable”
de Nat
King Cole),
y donde The
Box Tops
contribuyen con una curiosa adaptación del “Call
me”
de Blondie. Gracias
a este comeback, la banda siguió girando ocasionalmente hasta mayo
de 2009, fecha en la que participan en un festival en Memphis. En
2010, desgraciadamente fallecía el gran Alex
Chilton
de un ataque al corazón, con lo que presumiblemente se ponía punto
y final a la historia de los Box
Tops.
Existe
un excelente recopilatorio titulado “Soul
deep”
(1996), para los que desconozcáis a esta notable banda más allá de
su celebérrimo “The
letter”
y que bien puede funcionar como punto de partida para sumergirse en
su más que recomendable discografía.
Artículo escrito por LITTLE BASTARD
Que tal Victor!
ResponderEliminarMuy interesante y con gran cantidad de información el post. A mi es un tipo de música que me gusta sobre todo para cuando voy al volante. Curioso lo de los 16 años de Alex Chilton, no tenia ni idea...
Lo dicho, bueno el post.
Saludos!
Si, la verdad es que se ha lucido mi colaborador, como siempre.
EliminarA pesar de ser fan de Big Star, nunca me he puesto en serio con los Box Tops, cosa que haré tras leer tu interesante artículo. Un grupo que empieza su carrera con una joya como "The Letter" merece toda nuestra atención.
ResponderEliminarSaludos.
Pues sí, sin duda es una banda al que hay que prestar mucha más atención
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