Cuando
pensaba que pocos artistas me podían sorprender a estas alturas en
el explotado panorama del soul, me encontré hace tiempo, y por pura
casualidad, con un fabuloso cantante absolutamente desconocido para
mí, cuyo rastro se pierde a finales de los setenta.
Y
es que Freddie North
era un exquisito vocalista con voz de barítono (que me recuerda
horrores al gran James Carr)
nacido en Nashville (Tennessee) en 1939, hijo de un conocido cantante
de góspel local, cuyo primer contacto en el terreno de la música se
produce a mediados de los cincuenta cuando forma parte de la banda
The Rookies,
que llegan a grabar un single, “Money,
Money, Money”, para el
sello Federal.
Freddie
se ganaba la vida como dj en la WLAC-Nashville,
una emisora especializada en R&B, aunque había probado suerte
editando singles para diversas discográficas (Philips,
Capitol,
University,
RIC
o A-Bet)
a lo largo de la década de los sesenta. Es en esa época donde
empieza a trabajar en el departamento de promoción y ventas del
sello local especializado en góspel, Nashboro
Records,
donde a través de una de sus subsidiarias, la mencionada A-Bet
Records, publicará un
prometedor álbum de debut autoproducido, “Magnetic
North” (1970), que será
un rotundo fracaso comercial, aunque convencido de la valía del
mismo rescatará la mayor parte de los temas para su tercer disco.
Su
ascenso a director de departamento le lleva a contactar con el gran
compositor/productor Jerry
Williams (aka Swamp
Dogg),
con el fin de distribuir el material de su pequeño sello Mankind,
a la vez que le sugiere realizar algo juntos. El resultado de esa
unión será un fantástico single grabado en los estudios Quinvy
(Alabama)
con aroma a clásico instantáneo, “She’s
all I got”, compuesto por
el propio Swamp Dogg
y Gary Bonds,
y que permanecerá en el top-ten durante semanas (aunque todavía
tendrá más éxito en la versión realizada por el popular vocalista
country, Johnny Paycheck).
Animados
por la repercusión del citado single, lanzarán un álbum titulado
“Friend”
(1971), y un segundo sencillo para promocionarlo, el taciturno “You
and me together forever”,
donde vuelve a dar muestras de su magnética voz y le proporcionará
a Freddie
su segundo y, desgraciadamente, último éxito. En cuanto al disco en
cuestión, es complicado destacar alguna composición, porque el
nivel es altísimo; aparte de los mencionados singles, nos
encontramos con la agridulce balada “Raining
on a sunny day”, la
rítmica “Sweeter than
sweetness”, la hermosa y
melancólica “Sidewalks,
fences and walks”, la
enérgica “I did the woman
wrong”, la bluesy “Yours
love”, las funkys “Laid
back and easy” y “Ain’t
nothing in the news (but the blues)”
o la elegante “Did I come
back too son (or stay away too long)”,
que como curiosidad trata la historia de un novio fiel que llega a
casa y se encuentra a su chica con otro tipo en plena acción.
Un
tercer single del flamante álbum (”Sweeter
than sweetness”) pasará,
lamentablemente, muy desapercibido, al igual que los dos siguientes
sencillos con material nuevo: “Roll
over”/”Are
you thinking of him?” y
su última colaboración con Swamp
Dogg, “Song
#29 (I’m your man)”/”
Laid back and easy”. El
único consuelo para el bueno de Freddie
es su fulgurante ascenso como vicepresidente de Nashboro
Records y su nombramiento
como presidente de NARAS
(Academia Nacional de Grabación de Artes y Ciencias).
Finalizada
su colaboración con Jerry
Williams, publicará tres
nuevos sencillos en 1973: “You're
killing me slowly but surely”
/ “It's so groovy doing
what you want to do”,
bajo la producción de David
Johnson, propietario de los
Broadway Sound Studio
(antes Quinvy Sound
Studios), “Lovin'
On Back Streets” / “Love
To Heat” y “Raining
On A Sunny Day” / “Taking
Her Love Ain't Gonna Be Easy”,
estos dos últimos producidos por el propio North,
pero ninguno de los temas le devolverá de nuevo a las listas de
éxitos.
No
será hasta 1975 cuando publique un “nuevo” disco, “Cuss
the Wind”, y recalco lo
de nuevo porque aun siendo un gran álbum, no deja de ser una especie
de apaño puesto que de las ocho composiciones, seis pertenecen a su
primer álbum, “Magnetic
North”, mientras que las
otros dos son el propio “Cuss
the wind”, un tema
sublime compuesto (y producido) por Swamp
Dogg que ya había sido
publicado como single un año antes y la devastadora versión del
tema de la Motown
compuesto por David Ruffin,
“My whole world has
ended (the moment you left
me)”. En el resto de un
disco quizás más introspectivo nos encontramos con la funky “Love
to hate”, la country-soul
“Sun comes up”,
la hermosa y frágil versión de Clarence
Carter, “Gotta
go get your mummy”, el
sucio blues “I loved
another woman”, la dulce
orquestación de “Oh Lord,
what are
you doing” y la suave y
sentida interpretación del clásico de Tony
Joe White, “Rainy
night in Georgia”,
en un registro muy similar al de la fabulosa versión de Brook
Benton.
Se
supone que North se
mantuvo ocupado con sus responsabilidades como vicepresidente para
Nashboro Records,
así que no decidió volver a entrar a un estudio de grabación hasta
1977, nuevamente bajo la producción de David
Johnson, dando como
resultado “Floatin’”,
un álbum de extraña portada, publicado por el sello californiano
Eagle
con escasa distribución, aunque afortunadamente ha conocido una
reedición en 1989 de la mano de Charly
Records bajo el título
“I’m your man”.
De todos modos, supuso un nuevo fracaso artístico que empujará a
Freddie
a abandonar de forma definitiva su carrera artística con solo 38
años.
En
fin, Freddie North
debería haberse convertido en uno de los grandes vocalistas de su
época, pero al menos nos queda como consuelo sus dos álbumes
publicados para el sello Mankind
como ejemplo del mejor soul sureño surgido en la década de los
setenta.
Artículo escrito por LITTLE BASTARD
Has picado mi curiosidad, también es absolutamente desconocido para mi. Gracias,
ResponderEliminarSaludos.