Hoy
me gustaría recordar a una poderosa vocalista que si bien disfrutó
de las mieles del éxito con el clásico “Think
(about it)”, no es menos
cierto que, con el ineludible paso del tiempo y por culpa de una
discografía demasiado breve, su figura quedó sumida en el olvido.
Gloria
Lavern Collins (aka Lyn
Collins) nacida en
Lexington (Texas) en 1948, aunque criada en Abilene (en el mismo
estado), destaca desde la adolescencia por su portentosa voz, dando
sus primeros pasos en el grupo local The
Charles Pike Singers y
grabando su primer single, “Unlucky
in love”, con 14 añitos.
Casada posteriormente con el promotor por aquella época de James
Brown, a quien conoce tras
un concierto en 1968, no descansa hasta enviarle una maqueta, que
dejará impresionado al Padrino del Soul.
En 1969,
la vocalista Marva Whitney
deja una vacante en el grupo de Brown, pero el puesto es adjudicado
finalmente a Vicki Anderson,
en detrimento de nuestra protagonista. En 1971, mientras espera su
oportunidad, entra en un estudio de Macon (Georgia) para grabar unos
temas con James Brown;
dos de ellos, “Wheels of
life” y “Just
won’t do right” son
publicados como single en el sello del soulman, People
Records (perteneciente a la
discográfica Polydor
Records). Meses más tarde,
Anderson
deja la banda y se incorpora Lyn
Collins. De
ese modo, y con apenas 23 años, empieza a girar con la engrasada
banda de Mr. Dynamite.
Sus aullidos y su voz profunda y potente, que evoca a la vieja
escuela del góspel, le hace ganarse el apelativo de “The
Female preacher” aunque,
inevitablemente, y coincidiendo con la fase más funk de James
Brown, la voz de Lyn se
escoró hacia ese estilo.
Por
fin, en 1972, se publica el debut de Lyn
Collins, “Think
(about it)”, bajo la
producción del Padrino (que aporta además cuatro de los nueve
cortes del álbum) y el acompañamiento de su banda, the
J.B.’s. El single
homónimo se convierte en un clásico instantáneo y en un himno
feminista, con el sello inconfundible de James
Brown. Aunque oficialmente
acreditado a éste, hay versiones que sostienen que Lyn tuvo mucho
que ver en la elaboración de la letra del tema, una reacción contra
los hombres que se aprovechan de las mujeres y un alegato a no
aceptar un papel sumiso ante ellos.
De
hecho, en un momento en el que coincide la liberación de la mujer y
la creciente influencia del black
power, Lynn
Collins, junto a vocalistas
como Betty Davis
o Marlena Shaw
y sus himnos feministas reivindicativos, van a adquirir un importante
protagonismo en la primera mitad de los setenta. En
cualquier caso, el pegadizo single se convierte en un auténtico
pelotazo, alcanzando el puesto nº9 en las listas R&B, y como
consecuencia de ello, el álbum también se vio beneficiado por unas
más que generosas ventas. Sin embargo, el disco es algo más que
“Think (about it)”.
En primer lugar, las restantes composiciones aportadas por el Padrino
son soberbias: “Just won’t
do right” es una preciosa
balada arropada por un órgano de iglesia, una efectiva sección de
viento y las compenetradas voces de Collins
y Brown.
“Things got to get
better”, es otro corte de
puro funk que gana enteros con la prodigiosa voz de Lyn, mientras que
“Women’s lib”
es otro maravilloso tema lento con tintes reivindicativos que permite
a la vocalista lucir su poderoso registro.
En
segundo lugar, la acertada
elección de las versiones. “Wheels
of life”, es una
composición con un poderoso e intenso groove que recuerda a la
Aretha Franklin
de los buenos tiempos. La archiconocida “Ain’t
no sunshine” adquiere un
tono dramático y desesperado frente a la dulzura de la original de
Bill Withers,
mientras que imprime su personalidad a las famosas “Never
gonna give you up” de
Gamble/Huff/Butler y
el “Reach out for me”
de Burt Bacharach,
finalizando el trabajo con una explosiva adaptación del viejo
standard “Fly me to the
moon” de Sinatra. Desgraciadamente,
James Brown,
además de un músico talentoso y un estricto líder, era un astuto
hombre de negocios y Lyn
Collins, como el resto de
la banda, una simple asalariada, así que no recibió ningún tipo de
royalties ni participó apenas de las ganancias por el éxito del
álbum. A pesar de esta circunstancia, siguió girando y grabando con
el Padrino. Así,
en 1973, graba “Mama
feelgood”
y “How
long can I keep it up”
para los soundtracks de “Black
Caesar”
y “Slaughter’s
Big Rip-Off”,
respectivamente, así como un excitante dueto junto a su “jefe”:
“What
my baby needs now is a little more loving”.
1975
será el año de la publicación de su segundo disco, “Check
me out if you don’t know me by now”,
bajo la producción de James
Brown nuevamente, un álbum
igual de recomendable que su debut , donde la vocalista demuestra su
absoluta madurez y amplitud de registros, desde temas sedosos (“To
each his own”, “Put
it on the line”…) hasta
cortes de volcánico funk (“Rock
me again & again & again & again…”,
“Baby don’t do it”).
Igual
de inspirados se encuentran en la selección de las versiones. Como
sucedió en el anterior trabajo con “Fly
me to the moon”,
lo vuelve a intentar con un standard de los Gershwin,
“A foggy day”,
en una adaptación insólita y sorprendente; también con un par de
composiciones del sonido Philadelphia,
“Backstabbers”
de los O’Jays e
“If you don’t know me
by now” de Harold
Melvin & the Blue Notes,
así como el clásico del sello Stax,
“Mr. Big Stuff”
(popularizado por Jean
Knight) y el eterno “Try
a little tenderness” de
Otis Redding.
Especialmente
recomendable es la edición en cd publicada a mediados de los noventa
que incorpora la friolera de ocho temas extra, que podrían haber
formado parte de un hipotético tercer trabajo y el nivel no hubiese
decaído en absoluto. De
hecho, cortes como “Me
and my baby got a good thing going”,
“Take
me just I am”,
“We
want to party, party, party”,
“Give
it up or turn it loose”
o “You
can’t love me if you don’t respect
me”
podrían haber pertenecido sin ningún problema a cualquiera de sus
dos álbumes. El único
aspecto negativo de “Check
me out…” es, bajo mi
punto de vista, su desafortunada portada (con una imagen poco
glamurosa de la vocalista).
Lyn
Collins abandona la
disciplina de James Brown
en 1976 y se instala en L.A., donde compagina su trabajo en las
oficinas de los estudios de grabación Record
Plant con su labor de
vocalista de sesión y corista para estrellas como Dionne
Warwick, Rod
Stewart o Al
Green, entre otros. Ya
en la década de los ochenta, con dos hijos, y repartiendo su tiempo
entre California y Abilene, participa en la banda sonora del film
“Dr. Detroit”
(1983) y en el show televisivo “Fame”.
En 1988, el sello británico Urban
reedita su dos álbumes para Polydor
con el objetivo de atraer a
una nueva generación de oyentes y los raperos Rob
Base & DJ E-Z Rock
triunfan con “It takes
two”, un tema donde
samplean sin piedad el consabido “Think
(about it)” (no serán
los únicos ya que otros artistas como Janet
Jackson, Public
Enemy o De
la Soul han utilizado
también su música y voz).
Además,
como consecuencia del renovado interés por todo lo concerniente a
James Brown,
el sello belga ARS
logró tentar a Lyn Collins
para volver de nuevo al
estudio y grabar el tema house “Shout”,
en un intento de recuperarla para una nueva audiencia. Incluso en
1993, participa en la versión que la cantante dance Patra
efectúa de su clásico “Think
(about it)” adaptada a
los nuevos tiempos que corren. En
1998, Polydor
publica un recopilatorio titulado “James
Brown’s Original Funky Divas”,
en el que se incluyen once cortes de Lyn
Collins, además de temas
de otras vocalistas relacionadas con el Padrino como Vicki
Anderson, Anna
King o Marva
Whitney. Junto a Martha
High, otra antigua pupila
del soulman, se embarca en el 2005 en su primera gira en solitario
por países europeos.
Desgraciadamente,
dos semanas después de su regreso, fallece el 13 de marzo, a los 56
años, como resultado de una arritmia cardiaca. Como suele suceder en
estos casos, la discográfica Universal
Music se apresuró a
publicar un recopilatorio titulado “Mama
feelgood: The best of Lyn Collins”
(2005), mientras que el sello High
& Fly editaría un
directo de su reciente gira europea un año más tarde.
Lyn
Collins era una colosal
cantante que hubiese merecido disfrutar de un mayor reconocimiento y
de una carrera más longeva, si bien es probable que
se haya visto eclipsada y relegada a un segundo plano por la
gigantesca e influyente figura de su mentor, James
Brown.
Artículo escrito por LITTLE BASTARD
(videos:TT V-Rus 1138/gebjgbtl571)
Precioso.!!!
ResponderEliminar