Cada
vez que escucho a Dyke & The Blazers lo primero que me viene a la
mente es la palabra “fatalidad”, la cual, una vez más, nos
arrebató a un artista con un futuro prometedor, un diamante en bruto
todavía por pulir, que podía haber dejado mayor huella en el mundo
de la música.
Arlester
Christian, aka “Dyke”, líder de la influyente banda, nace en
Buffalo (New York) el 13 de Junio de 1943 y empieza a dar sus
primeros pasos en el mundo de la música como bajista en una banda
local llamada “Carl LaRue & His Crew”, con quienes llega a
grabar un single en 1963. Un golpe de suerte provoca que en 1964, el
DJ Eddie O’Jay se los lleve a Phoenix (Arizona) para que se
conviertan en el grupo de apoyo a los posteriormente famosos O’Jays.
Pero éstos acaban dejando la ciudad y de alguna manera, abandonan a
su suerte al grupo. Dyke (ya como vocalista y bajista), el
guitarrista Alvester “Pig” Jacobs y el saxofonista JV Hunt
deciden quedarse en la ciudad y unir sus fuerzas con un grupo local
llamado Three Blazers, formando el germen de Dyke & The Blazers.
Fogueándose en clubs de la zona y partiendo de una más que evidente
influencia de James Brown y de sus métodos, desarrollan
improvisaciones que acabará convirtiéndose en una primeriza versión
de su himno “Funky Broadway”, en cuya letra Arlester refleja sus
peripecias y su amarga travesía desde Buffalo a Phoenix.
Estamos
en 1966 y dicha composición llegará a oídos de Art Barrett, que se
convierte en su manager, grabándoles para su sello Artco. El single
se hace popular a nivel local y es reeditado en el sello angelino
Original Sound Art Laboe alcanzando el puesto 17 en las listas R&b
y el 65 en las de Pop. Como curiosidad comentar que se convirtió en
la primera canción en incluir la palabra “funky”, que por esa
razón fue prohibida por muchas emisoras por considerarla ofensiva
(!!!) y para la que Dyke creó una coreografía de acompañamiento.
La
banda ficha al bajista Alvin Battle, liberando del instrumento a
Dyke, que al fin se puede concentrar en las tareas vocales. Sin
embargo, en el verano del 67, diversas tensiones en el seno del grupo
provocan la separación del mismo. Irónicamente, poco antes, Wilson
Pickett logrará situar en el nº1 su versión de “Funky Broadway”. Dyke
decide regresar a Buffalo para reclutar nuevos miembros pero la nueva
formación no llega a consolidarse. A partir de 1968, grabará los
restantes temas de su carrera echando mano de músicos talentosos de
L.A., entre ellos parte de la Watts 103rd Street Rhythm Band de
Charles Wright (James Gadson, Al McKay, Ray Jackson, Bill Cannon,
James Smith o Melvin Dunlap).
Llegados
a este punto decir que la carrera de Dyke & The Blazers,
estructurada en dos partes (sus grabaciones en Phoenix y
posteriormente en Hollywood), tiene evidentes paralelismos con la de
su máxima influencia, James Brown. Como el Padrino, en muchas
ocasiones, parte de extensas jams de puro funk expansivo, crudo y sin
aditivos, donde a veces el ritmo es más importante que la propia
melodía. De hecho, en su caso concreto, sus temas provienen de
improvisaciones de 15-20 minutos adaptadas al formato 45 rpm. Esta
característica se deja apreciar, sobre todo, en sus temas más
largos como Funky Broadway, Let’s do it together, Funky Walk, The
Wrong House o Funky Bull (que curiosamente contiene una sección de
vientos simulando sonidos taurinos). También comparte con Mr.
Dynamite, la evidencia de que su música ha tenido mayor aceptación
o repercusión entre la audiencia r&b que la de pop. En
todo caso, la música de Dyke & The Blazers gozó de un razonable
éxito con los temas “We got more soul” (nº7 r&b, nº35 pop)
y “Let a woman be a woman, let a man be a man” (nº4 r&b,
nº36 pop), del anteriormente mencionado “Funky Broadway” y de
éxitos menores como “Uhh”, la adaptación de “You are my
sunshine” o “Runaway People”.
Arlester,
que se estaba preparando para una inminente gira por Inglaterra y
para grabar con un incipiente y prometedor Barry White, muere el 13
de marzo del 71 como consecuencia de unos disparos efectuados en una
calle de Phoenix, a la edad de 27 años. Las circunstancias se han
ido difuminando con el paso de los años. El informe policial de la
época dictaminó que se trataba de un asunto relacionado con el
tráfico de drogas. Se dijo que Dyke, supuestamente, tenía problemas
con la heroína, aunque en su cuerpo no encontraron restos ni de
alcohol ni de otras sustancias. Para colmo, el asesino fue exculpado
por encontrarse evidencias de haber actuado en legítima defensa. Si
no se molestaron unos años antes en investigar la muerte de Sam
Cooke, no iban a esforzarse mucho más con un tipo de raza negra
bastante menos conocido. Caso cerrado. Con
la muerte de Arlester Christian finalizó de forma abrupta la
carrera, breve pero intensa, de un poderoso vocalista y nos dejó la
incógnita de la posible evolución de su música en los años
setenta y de si ésta habría adquirido mayor versatilidad, aunque a
día de hoy siga sonando tan fresca y excitante como en la época en
que fue grabada.
Artículo escrito por LITTLE BASTARD
(fotos:Discogs. videos:SoulLegendsRadio/Bob Chapman)
Desde que lo descubrí en ese maravilloso recopilatorio siempre me he preguntado si en los setenta su música hubiese evolucionado desde el funk primitivo que practicaba a algo más sofisticado. Desgraciadamente nunca lo sabremos...
ResponderEliminarCuando dices sucesor de JB te refieres a copia del original, no?
ResponderEliminarSoul Brother Number 1 no tuvo, tiene ni tendrá sucesor y menos una simple copia.
Saludos
El Padrino nunca tendrá sucesor, como no lo tendrá tampoco Sam Cooke, Otis Redding o Marvin Gaye. Son leyendas inalcanzables. Simplemente fue una ocurrencia o una licencia que me permití para titular el artículo y subrayar el paralelismo entre la música de ambos. Es obvio que James Brown fue una influencia para Arlester Christian pero por supuesto no pretendía igualarlo en méritos. Un saludo.
EliminarYa lo explica bien Bastard, yo desde luego al Padrino siempre lo tendré en el primer lugar de mi ranking particular.
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