Hay ciertas películas que pasan muy desapercibidas entre el público, y que tras ellas están grandes directores. En este caso para mi posiblemente mi director de cine favorito, (aunque en dura competencia con Hitchcock). Me refiere al versátil y genial Billy Wilder. Quiero rescatar hoy este film del director. Un trabajo que tuvo que emigrar hasta Europa para poder salir a delante. Un film con muchos puntos a su favor para no caer en el más absoluto olvido. Corría el año 1978, y Billy Wilder presentaba una película que en cierto sentido es como la otra cara de "El crepúsculo de los dioses" (1950). No obstante cuenta con el mismo protagonista, William Holden. Como decía más atrás, Wilder tuvo que viajar hasta el viejo continente para sacar este proyecto a flote. Pues en EEUU nadie estaba interesado en su nuevo film.
Sobretodo porque cuatro años antes su film "En primera plana"(1974), fue un fracaso comercial (no así para mi en su propuesta). Con la colaboración de Francia y Alemania Occidental, la cinta llegó a buen puerto. Wilder nos cuenta el miedo a la vida pública cuando hay algo que marchita su recuerdo. Partiendo de ahí, va dibujando un cuadro donde el pasado, el presente y el futuro se unen con la misma meta. Para el papel de Fedora, la interpretación recayó en la actriz Suiza Marthe Keller (Marathon man, Domingo negro). Una actriz muy solvente, que rezuma ese halo misterioso que ofrece su papel. Ella da vida a una antigua estrella de cine, desaparecida de la vida pública desde hace muchos años. Retirada a una isla de Grecia. Hasta allí viaja Barry "Dutch" Detweiler (Holden), para ofrecerle un papel en una película suya.
Holden interpreta a un productor independiente. El se quedó prendado de ella cuando trabajó en Hollywood, pues coincidieron en un film. Wilder toma ese pasado y lo lleva al presente. Donde juega al gato y al ratón en el guión. La cinta se muestra fuerte en el aspecto narrativo. Sin duda la gran baza con la que juega el film. Junto a estos dos protagonistas, tenemos a la Condesa Sobriansky. Que vive en la villa junto a Fedora. Bajo su piel se pone la veterana actriz alemana Hildegard Knef (Las nieves del Kilimanjaro, Correo diplomático, La fortaleza). Juntos forman el grueso del film, con un cameo fugaz de Henry Fonda. Y apenas algo más de tiempo Michael York. Todo lo más grueso del film nos lo cuenta Wilder en flashback, donde vemos otra similitud con su famosa película de 1950. La diferencia con aquella otra estriba en su realización más cínica y opresiva. Compartiendo una casa a modo de fortaleza. Fedora peca quizás en el formato que recuerda a un telefilm. Pero es solo una minucia comparada con el resto. Dentro de la filmografía de Wilder, se ve ensombrecida por casi todo el resto. Pues con ese curriculum a cuestas, hasta el mismo llega un punto en el que no puede superarse. Comentar que el papel de Fedora estaba pensado para Marlene Dietrich. Pero al final no pudo ser. Por diferencias en el guión. El ritmo se me antoja el perfecto. Donde poco a poco nos va detallando pequeños detalles, que hace que juntemos las diferentes piezas de su guión. Llegando al clímax final ya con una idea en la cabeza. La cinta respira cine europeo, (no ya por ser rodada, y con capital del viejo continente). Un film muy recomendable, Una película correcta para un grande. Y que en manos de algún director de segunda, sería su obra maestra.
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