"Abriendo puertas"
Mientras la casa seguía cubierta por la espesa lluvia que no cesaba, los coches fueron llegando a nuestra reunión mensual. Desde hacía siete años cada primer viernes de mes, las paredes de la casa Riverduá en las afueras, era el punto de encuentro de una parte selecta de la alta sociedad.
Madame Cruax era su anfitriona, muchos apostábamos en averiguar que edad podría tener. Las comidillas decían que si noventa, otros llegaban aún más lejos, afirmando que tenía ciento tres años. Lo cierto es que su piel era arrugada y blanca, siempre con un sobrero con velo que jamás se quitaba en nuestra presencia.
Tras tomar una copa de jerez o whisky, nos reuníamos alrededor de una gran mesa de roble redonda envejecida con los años, y cuyas grietas y aristas le imprimían un carácter fuerte y noble. En cuyo interior seguro alberga muchas historias retenida a lo largo de muchos años.
Cada uno de nosotros depositaba sobre ella un objeto personal, para que cualquier visitante venido del más allá supiera a la persona que se dirigiera. Bajo una lámpara enorme de araña, y rodeado de unas cortinas oscuras que ocultaba nuestra presencia fuera de aquella habitación, uníamos nuestras manos esperando el contacto sobrenatural.
Una vela en el centro de la mesa era toda la luz que nos permitía ver el rostro de los participantes. Un viernes más lo que suceda en la mansión Riverduá solo lo sabrán sus testigos. Y tal vez alguna presencia que regrese a su dimensión con el secreto entre su vaporizante figura.
Una reunión que tiene un algo de espeluznante pero a la que me gustaria asistir en alguna ocasión, me gustan ese tipo de reuniones. Besos.
ResponderEliminarQue intrigante. Como que el relato termina justo cuando la historia está punto de emeazar.
ResponderEliminarSaludos.
Reuniones esotéricas deben ser una pasada. Tal vez peligrosas y no se domina la materia. Me gusto leerte. Un abrazo
ResponderEliminarNos dejas con sabor a poco 😊
ResponderEliminar¡Y esas puertas que se abren, quien sabe a quienes traigan!. Hay que tener cuidado porque los invocados pueden traer acompañantes no deseados.
ResponderEliminarMuy buen administrado en tu relato, para mi, el ritmo y el suspenso.
Un abrazo
De muy buenas imágenes, y creando la atmósfera propicia y envolvente para ese tipo de reuniones…
ResponderEliminarGenial aportación.
Abrazos, y feliz finde.
Me ah encantado porque se ciñe a esa reunión en la forma y el fondo, pero lo que ocurre en ellas sigue siendo un misterio para quienes no asisten a esa sesión de espiritismo.
ResponderEliminarUn abrazo, y por un domingo mágico
los seres queridos nunca se van, siguen vivos mientras nosotros les mantengamos en nuestro recuerdo y querer. La naturaleza humana ha necesitado de intermediarios entre el mundo "real" y el del " otro lado" Contar con la mano familiar que nos guíe en el tránsito es un consuelo
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