9 de octubre de 2020

EL PRISIONERO DE ZENDA (1952)

 

Una aventura de espada y romanticismo

Que tiempos aquellos delante de la televisión en las sobremesas de los fin de semana, viendo todas aquellas películas de aventuras que junto con las del oeste (o de indios y vaqueros) como también se les llamaba, ocupaba gran parte de nuestro pequeño mundo a edad temprana. Más allá de la nostalgia (pues no va de eso este post), hay títulos y joyas que todavía siguen siendo igual de disfrutables hoy día. Una de esas es sin duda "El prisionero de Zenda" dirigida por Richard Thorpe, que ya conociera versión anterior en 1937. Es una adaptación de la novela escrita por Anthony Hope en 1894. Este film se encuadra dentro de otro de los géneros por antonomasi de aquellos años en televisión, el de capa y espada. La historia nos lleva hasta un país ficticio, una noche antes de la coronación del rey, este es secuestrado por su codicioso hermano. Un forastero con un parecido asombroso es convencido para que se haga pasar por el, mientras intentan desesperadamente dar con el paradero del futuro soberano. 
El actor protagonista es el poco valorado para mi Stewart Granger, que aquí hace doble papel. Junto a el y como  partenaire femenina está Deborah Kerr. En el reparto también figuran entre otros James Mason o Louis Calhern. "El prisionero de Zenda" funciona como un reloj, su parte de aventura rodada con desparpajo y con excelentes coreografías, se compenetra con el lado romántico de nos propone. En ello sin duda el director Richard Thorpe es el responsable máximo, haciendo ligar ambos géneros con una total soltura. La fotografía se suma a la ecuación donde el encargado de ello es Joseph Ruttenberg. Si ya le ponemos la guinda con su banda sonora llevada a cabo por el para mi uno de los cinco más grandes compositores de cine como es Alfred Newman pues poco más se puede añadir. 
Quizás hoy día esta película no es muy recordada en general, los años pasan y al no tratarse de esos directores tan populares pues se va arrinconando casi sin querer en el olvido colectivo. Por mi parte siempre seguiré recomendando este entretenido film para la sobremesa (el mejor momento del día para verla, aquí si tal vez entra la nostalgia). Una película preciosa, a la que tampoco le falta humor que la salpica en todo su metraje. Ideal para toda la familia, aunque me temo que la juventud de hoy día no la vería con los mismos ojos que lo hicimos nosotros en otros tiempos.

A favor: el conjunto de géneros, la dirección y los actores

En contra: Un cierto acartonamiento y algo más de aventura




Puntuación general: 7/10

2 comentarios:

  1. Hay algo que añoro y es precisamente lo que has dicho, sentarse toda la familia a ver una peli de vaqueros e indios alrededor del televisor ...Un buen articulo y buen peli. Un abrazo

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  2. Era la magia de las pelis, lo que nos rodeaba. En el cine las palomitas y en casa la familia. Buenos recuerdos me traes.

    Un abrazo

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