Esta semana María José Moreno desde su blog Lugar de encuentro nos propone el tema de "Internet"
"A vista de pájaro"
Hacía
ya una semana que le habían instalado su nuevo servicio de
vigilancia en su apartamento. Un espacio de privacidad que ahora era
observado por cuatro ojos colgando del techo a lo largo de sus 120
metros cuadrados. Cada lugar, cada espacio por reducido y escondido
que fuera era grabado en el programa “Direct Protection”que se
podía observar desde su portátil o móvil. Aún se sentía algo
vulnerable por el robo sufrido cuando al llegar a casa contempló
como le habían sustraído sus joyas y objetos de valor hace poco
menos de un mes. Pasó unas semanas en casa de una amiga hasta
la instalación de su nuevo y personal agente de seguridad privada.
Raquel era una mujer esbelta, de rostro fino y delicado, pechos
firmes y turgentes. Piel blanca y algo pecosa, que a sus 42 años aún
conseguía que chicos a los que doblaba la edad se fijaran en su
presencia allá por donde fuera. Como de costumbre nada más entrar
en casa a eso de las seis de la tarde encendía su ordenador, se
quitaba sus zapatos de tacón y se relajaba en un baño espumoso
durante un buen rato. El hilo musical que tenía la casa era
controlado desde un mando a distancia que Raquel tenía a mano
mientras su cuerpo era acariciado por las suaves caricias de unas
sales de baño traídas desde París en su último viaje. Fuera en el
pasillo alguien retrasaba la hora de las cámaras. Absorta en una
profunda relajación, el casi imperceptible ruido de una ganzúa en
la puerta de entrada trajo consigo una pesadilla a aquel inexpugnable
apartamento en la imaginación de Raquel. Un móvil conectado a las
cámaras de vigilancia le daba la posición exacta de la mujer al
intruso, que se sentía seguro y poderoso con el poder que un pequeño
aparato iba guiando sus pasos. Al pasar por la cocina dejó el
teléfono en la encimera, abrió la nevera y bebió de un bote de
leche, mientras observaba en el como ella seguía en el cuarto de
baño. Una mano abre la puerta lentamente, Raquel solo pudo ver a un
hombre frente a ella con una capucha, un mono de trabajo y el
logotipo de “Direct Protection”…demasiado tarde.
Tengo la sensación de que no es tan intruso. Creo que es quien vive con ella, pero... podría ser otra cosa. Las apariencias engañan. Ahí que da ese dato. a interpretar :-)
ResponderEliminarTanta tecnología en casa, tanto control, puede dar seguridad, no lo dudo, pero todo es más fácil de jaquear.
Besos.
Una mujer atractiva, deseable, acechada por quien se supone que debía protegerla.
ResponderEliminarInquietante.
Para pensar que pasará con ella.
Bien contado. Saludos.
Que situación debe ser de pánico verte en ella.
ResponderEliminarMe ha gustado como cómo has mantenido ese suspense.
Gracias por tu relato.
Un abrazo.
jaja, pobrecita Raquel, qué buen post, me ha encantado.
ResponderEliminarPor Internet, y lo que nos regala. Sin llegar a eso :-). Un abrazo
Se equivocó de agencia.
ResponderEliminarBuen relato ;)
Este relato tiene que tener una segunda parte, si o si, porque me ha dejado con ganas de saber quien es el encapuchado que entro con tanta familiaridad.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Terrorífico!. Yo ya la veo asesinada en la bañera. Excelente relato. Me gusta como has ido manejando la dosis suspenso in crescendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es que terminamos paranoicos con o sin motivo y está pobre difícilmente pueda contar el cuento 😥
ResponderEliminarYo siempre me he planteado sobre la profesionalidad de los que trabajan en las empresas de alarmas y no creas que algo similar a esto me ha rondado alguna vez la cabeza. Luego lo he desechado, seguramente para poder vivir más tranquila. Gracias por tu participación, un abrazo.
ResponderEliminarescrito en un bloque, justificado, con ese color de fondo y de letra... no veo master!! estoy viejo!! ja... saludos
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