Tocar en tiempos revueltos
Si algo podemos deducir de esta exótica y interesante antología es que en cualquier parte del globo
Si algo podemos deducir de esta exótica y interesante antología es que en cualquier parte del globo
terráqueo
puede surgir una escena musical, incluso en condiciones extremas,
como las que se
dieron
en la Indonesia de los años setenta. El
punto de partida de esta historia podríamos situarlo a comienzos de
los sesenta (veinte años después
de la independencia de Indonesia como colonia holandesa), donde
Sukarno, el mandatario en aquellos momentos, a pesar de haber
impuesto una especie de dictadura camuflada (la llamada “democracia
dirigida”), paradójicamente no estableció ningún tipo de censura
respecto a la influencia cultural occidental (en concreto, en materia
musical que es, a fin de cuentas, la que nos interesa) y ese factor
permitió que futuros músicos recibiesen la inspiración de gente
como Elvis Presley, The Beatles o The Rolling Stones, y que
incorporasen el pop y el rock a su estilo en detrimento del sonido
indonesio tradicional. Pero
la situación daría un vuelco con el golpe militar del general
Suharto en 1965 con apoyo de la CIA, exterminando a la facción
contraria, los simpatizantes comunistas y de izquierdas. Asimismo, el
sanguinario y corrupto dictador (se calcula que asesinó a más de 1
millón de personas durante las tres décadas que dominó el país),
impondría un estricta censura que conducirá a la represión y el
exilio de todo aquel que se rebele y que va a provocar el cierre
total de sus fronteras a la cultura occidental (a pesar de recibir el
apoyo de Estados Unidos, Australia o Inglaterra, entre otros). Como
consecuencia de esta situación, la escena progresiva, psych-rock y
funk reflejada en este álbum se volvió totalmente underground y
originó que toda esta música fuese desconocida fuera de las
fronteras de Indonesia.
Gracias
a una ardua labor de investigación y arqueología del productor
canadiense de hip-hop y especialista en música del sudeste asiático,
James “Moss” Connoy, a la leyenda del rock indonesio Benny
Soebardja, la investigadora Chandra Drews y al propietario de
Now-Again Records, Eothen Alappat, pudimos disfrutar de la
recopilación ‘Those Shocking, Shaking Days. Indonesian hard,
psychedelic, progressive rock and funk: 1970-1978 (2010), que nos
ofrece la historia jamás contada sobre la escena musical de
Indonesia en los sangrientos días del régimen de Suharto. Una
de las particularidades de los músicos indonesios es que, una gran
parte de los temas, están compuestos en inglés como una forma de
eludir a los posibles censores. Las letras de las canciones son un
diario sobre el profundo malestar, el sufrimiento, la agitación
social, la rebeldía, la libertad sexual y la confrontación vivida
en la tumultuosa década de los setenta ante una dictadura brutal.
También hay espacio, curiosamente, para temática anti-drogas (en
estilos tradicionalmente asociados a ellas).
En
cierta forma, este movimiento guarda cierto paralelismo con el
Tropicalismo brasileño, ya que surgió también durante una época
dictatorial y ambos buscaban romper los moldes tradicionales
inyectándoles influencias occidentales, dándole un soplo de aire
fresco a la escena musical, dentro de un periodo muy fértil pero a
la vez extremadamente tenso de su historia. Respecto
a la antología que nos compete, en ningún momento existe la
sensación de estar ante un mero ejercicio de estilo, sino que hay
elementos del funk, rock, prog, jazz, etc, junto a sonidos locales
(por ejemplo el Dangdut, música de baile indonesia), todo ello
integrado con mucha naturalidad, dando lugar a una concurrencia de
culturas e influencias, de elementos dispares que se funden
armónicamente.
A
quien le interesen los estilos anteriormente citados podrá encontrar
motivos de interés para bucear en las fascinantes composiciones de
estos artistas. Los fanáticos de los ritmos más funkys y negroides
alucinarán al escuchar el “Bad news” de los Rollies, “Shake
me” de AKA, “Candle light” de Benny Soebardja o “Anti Gadja”
de The Brims. A los que se sientan atraídos por el Psych/Fuzz
sesentero pueden probar con “Haai” de los Panbers, “Hear me”
de Golden Wing, “Freedom” de Freedom of Rhapsodia o “Pantum
Lama” de Murry, y en el terreno de lo progresivo destaca el “Evil war”
de Shark Move o “That shocking shaking day” de Ivo’s Group.
Incluso hay hueco para sonidos más tradicionales, como el folk
espacial de Ariesta Birawa Group (“Didunia Yang Lain”), la
influencia de los Beatles en los Rhythm Kings (“The promise”) o
bandas más inclasificables como The Gang of Harry Roesli y los ocho
alucinantes minutos de “Don’t talk about freedom”. “Those
shocking, shaking days” se nos muestra como un vibrante ejemplo de
la rebeldía de unos músicos ante la opresión que les rodeaba y de
cómo la cultura acaba llegando mucho más lejos que el brazo
dominante de un régimen dictatorial.
Artículo escrito por Little Bastard
(fotos:Discogs.videos:TheMrPuet/waxcollective)
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