Lo que esconde el bosque bajo su verde manto
Una
asignatura pendiente dentro del cine de terror es el mito del
Bigfoot. Ese ser que muchos dicen que existe, y otros que no es más
que una simple leyenda. Y que habita por las zonas montañosas y
bosques del noroeste de EEUU. Sea cual fuera, lo que está claro es
que es una historia que siempre causa interés. Aunque bueno, siendo
un poco sensatos, si solo hay uno, y encima lleva décadas de
mitología, como es que aún sigue vivo. Como buena leyenda, es ahí
donde reside su perdurabilidad en el tiempo. Un fenómeno como muchos
otros alimentados por el ser humano. A lo largo de los años su
figura a tenido acercamientos por parte del séptimo arte. Ahí están
los casos de “Bigfoot y los Henderson” (1987), “Demonwarp”
(1988) o la más reciente “Willow Creek” (2013) entre otras
muchas. Y para bien o para mal el resultado nunca ha sido el mejor
bajo mi punto de vista. Hasta que el pasado año vio la luz el film
que nos ocupa hoy. Desde luego tampoco es perfecto, pero creo que
consigue por lo menos hacer creíble una leyenda que se remonta hasta
principios del siglo XIX. También
es cierto que nosotros hacemos más por que esta historia sea cierta,
que las pruebas concluyentes que existen en realidad. Pero más allá
de mitos y leyendas, vamos a lo que hemos venido. Producción y
actores: Primal Rage es una producción americana del 2018. Para
encontrar los parajes adecuados para la realización del film, se
recurrieron a lugares como Smith River, Country Canyon y Big Flat en
California. Y también en Selma y Fall river en Oregón. Parajes
naturales que enriquecen la propuesta que nos presenta su director
Patrick Magee.
Pues
toda su trama se desarrolla al aire libre. Este hombre que dirige
aquí su primera película, es un consumado especialista de efectos
especiales de maquillaje. Este hombre ha trabajado al lado de unos de
los más grandes, como fue y siempre sera Rick Baker. Concretamente
en la realización de Men in black 3. También estuvo involucrado en
los efectos especiales de películas como Spider-man y Parque
Jurásico 3. No es de extrañar por lo tanto que todo lo aprendido
quisiera ponerlo en práctica en su propio proyecto. El guión de
Primal Rage llevaba creándolo desde hacia tiempo, y con ayuda de Jay
Lee (otro director de gustos afines en materia cinematográfica con
Magee), consiguieron pulirlo del todo. Un guión que por otra parte
no es para tirar cohetes. Y que se ciñe casi en exclusiva ha
explotar las virtudes de su director en la materia de efectos. En
la zona actoral como pareja protagonista está la actriz Casey
Gagliardi (que interpreta ha Ashley Carr) y Andrew Joseph Montgomery
(que interpreta a Maxwell Carr). Ambos actores tienen un minúsculo
currículum a sus espaldas. En el apartado técnico, el propio Magee
se encargó de supervisar los efectos de maquillaje, cosa normal
siendo su especialidad. La fotografía corrió a cargo de su
compañero de guión, Jay Lee.
De
que va: Pasemos al meollo de la cuestión, que no es ni más ni
menos que es lo que nos cuenta su director en este film. Tenemos a
una chica (Ashley Carr) que va a recoger a su marido a la salida de
la cárcel. El (Maxwell Carr) ha pasado allí un año y nueve meses
(el motivo de su encierro no se sabe). Entre ellos dos hay una
tirantez palpable, que enseguida se sabe viene de lejos. En una
parada para
repostar, nuestra chica será acosada (de forma verbal) por un grupo
de cazadores que se dirigen al bosque para pasar un día de caza. La
tensión se vuelve peliaguda en ese momentos, sin que pase a mayores.
No hay que ser muy avispado mientras uno va viendo la película para
darse cuenta que esos tipos harán acto de presencia más adelante.
Mientras el matrimonio habla dentro del coche recorren el camino de
vuelta hacia (pues no se sabe dónde). El paisaje verde y frondoso es
el protagonista mientras vamos con ellos paseando y viendo las
maravillosas vistas que el director nos muestra. Algo de repente
impacta contra el vehículo, mientras ellos bajan a averiguar de que
se trata, desde la frondosidad del bosque algo los está acechando
La
aventura de nuestros protagonistas comienzan desde que se bajan del
coche. Al comprobar contra que han chocado, la pareja discute si
avisar a la policía o no. Están en esta cuando empiezan a lloverles
piedras desde el bosque. Maxwell es golpeado por una de ellas cayendo
por un barranco. Ahí empieza la aventura más aterradora de sus
vidas. Mientras intentan volver a la carretera, algo le viene pisando
los talones. Tras toparse nuevamente con aquellos cazadores algo
garrulos, sus vidas ahora estarán amenazadas desde dos bandos. Esta
Primal Rage juega en la liga de las Monster – Movies. Ese cine
donde las vidas humanas son el propósito de criaturas salidas de
lagos, planetas desconocidos, experimentos genéticos etc. Que ya nos
ha legado obras maravillosas en la gran pantalla. Casos de Alien
(1979), La Mujer y el Monstruo (1954), El monstruo de los tiempos
remotos (1953) o Depredador (1987). Es justo con esta donde más
similitudes muestra. Tanto por donde se desarrolla la acción, como
por el grupo de cazadores. En
conclusión: Estamos
ante un film que muestra muchas virtudes, pero también aspectos muy
mejorables. En la parte negativa las actuaciones de los actores
protagonistas son muy endebles. No ya por el simple hecho de que sus
papeles no tienen desarrollo (lógicamente en una historia como esta
no tiene sentido, ni tiempo para ello). Simplemente no me han
convencido en sus roles. Andrew
Joseph Montgomery sobretodo
me parece que está fatal. No muestra carisma ni convencimiento en
sus actos. Encima creo que para poner a un tipo de complexión fuerte
(como hoy día parece que es la norma), y no explotarla
por lo menos como recurso para solventar algunas situaciones del
film, es culpa de su director.
Yo
hubiera optado por alguien que sintiera que necesita protección, más
si la heroína del film va a ser la chica. Casey
Gagliardi por su parte
tampoco consigue ser mucho mejor. Pero por lo menos se le ve voluntad
en ello. También es cierto que su papel se presta más a
desarrollarse en más
facetas. Consiguiendo por
lo menos ofrecer emociones según lo va necesitando la trama y el
transcurrir del film. El resto del elenco tira a simples comparsas
como es habitual en estas producciones donde son simple carnaza para
la susodicha bestia, y disfrute del espectador. Bueno, podría
destacar al cabecilla de ellos, que es el que tiene algunos diálogos
en el film más o menos para
cumplir. El guión es muy simple, y no tiene apenas desarrollo de
nada en concreto. Imagino que tampoco es lo que buscaba sus dos
guionistas. Pero desde luego se hubiera agradecido algo de ingenio.
Dentro del film también encontramos una
subtrama donde el chamanismo es el protagonista. Que tampoco tiene ni
trascendencia ni nada por lo que merezca la pena destacarse.
Simplemente está puesto para que la película estire su minutaje. Primal
Rage cumple en el cometido de ofrecer espectáculo visual, que es
para lo que sirve esta clase de películas. La acción está rodada
de forma más que solvente por su director Patrick
Magee. Sabe como ofrecer
secuencias donde la tensión merece ser espoleada. Pese a sus
limitados recursos como producción,
aunque su presupuesto fue de unos doce millones de dólares, y
por lo tanto tampoco es muy de serie b. Es así como prefiere mostrarla, y desde luego le sienta de fábula al acabado
final. La puesta en
escena que rodea todo la filmación es lo mejor junto al apartado de
efectos y maquillaje. Siendo lógicamente esa la especialidad de su
director. Quién se expone
a ver esta clase de subgénero del terror, ya sabe que escenas
desagradables se va ha encontrar si o si. Aunque no son excesivamente
chocantes o repulsivas. La creación del Bigfoot está bastante bien
lograda. Dotando el diseño de los mejores elementos que los efectos
de maquille pueden ofrecer. Desde luego es ahí donde el film también
gana con respecto a otras producciones. En el arte artesanal de
recrear a su amenazante estrella. Nada de efectos digitales que al
final deslucen muchas producciones. Y que dan sensación de chiste.
Soy un enamorado del látex, las prótesis y demás utensilios a la
vieja usanza. Si no ahí están las obras que realizó el gran Lon
Chaney, apodado “El hombre de las mil caras”. Y que llevaba un
maletín siempre a mano con todo lo que iba a necesitar según el
personaje que fuera a interpretar. Ya fuera “El jorobado de Notre
Dame” (1923), “El fantasma de la ópera” (1925) o “Garras
humanas” (1927).
Demostrando
que si hay talento para crear personajes reales, donde la artesanía
se puede tocar, casi siempre desprende más realismo que la creación
de efectos visuales por ordenador. Pero como digo es mi impresión
personal por supuesto. Aunque también hay cosas muy chulas creadas
desde una mesa de trabajo y un ordenador. Otro aspecto bueno del film
es la estupenda atmósfera y fotografía que atesora. Y que es muy
importante para recrear las situaciones que viven
los protagonistas. La fotografía como decía al principio corrió a
cargo del propio Jay Lee. Que supo atenuar o deslumbrar según la
escena lo requería. Para mostrar, hacernos intuir o también hacer
disfrutar de según que situación demandaba cada momento. El
aspecto que ocupa su banda sonora es como no algo fundamental en una
película que quiere crear impacto en el aspecto visual. Transmitir
emociones y tener algunos efectos de choque según la escena a
retratar. En ese terreno el encargado de solventar la papeleta fue el
músico Ceiri Torjussen. Músico nacido en en Cardiff (Gales) y que
en su haber cuenta con otras bandas sonoras tales como “Funky
Monkey” (2004), “Chinatown film project” (2009), “The Devil's dozen” (2013). Su cometido lo cumple con solvencia en el film.
Dando apoyo a momentos tensos, pero sin destacar por encima de la
media de otros compositores con esta clase de películas.
Primal Rage cumple como pasatiempo más que digno. La película es
ágil y dinámica, donde desde casi su inicio va al grano. No se
detiene en demasía en aspectos o tramas superfluas que estanquen su
visionado e interés por parte del espectador (si obviamos esa
pequeña subtrama que comentaba más atrás), y que tampoco lastra en
realidad el desarrollo de su guión.
Una fantástica propuesta de Monster – Movie para los amantes de
este tipo de films, aunque también puede ser disfrutada por el
público en general. Muchas dosis de acción bien realizada. Algunas
gotitas de humor cavernario, y mucha tensión bien resuelta por su director.
Como colofón final la película muestra
una última escena con la que el espectador especular.
Yo desde luego me lo he
pasado muy bien con su visionado. No estará en ninguna lista de
mejores films de terror o fantástico del pasado año 2018
(menos en la mía). Pero
como siempre pasa en estos casos, una película con pocos medios para
darse a conocer, es el mayor de sus problemas. Porque no deja de ser
ni mejor ni peor que otras producciones con mucho más nombre, y que
al final cuando uno las ve, se pregunta si realmente era para tanto.
Veremos que nos depara su director Patrick
Magee en un futuro espero
que cercano. Un saludo desde mi rincón favorito.
Puntuación general: 7/10
(fotos:IMDB.video:Trailers V.S.O.E)
Artículo escrito originalmente para la revista digital Mentero.es
Definitivamente el cine de terror no es para mí...tal vez si fuera adolescente y fuera tentada en ir con algún chico que me guste (para
ResponderEliminartodo menos ver la película, obvio)... pero no, ya pasamos esa etapa, hace tiempo y a lo lejos...😛
Besos y buen inicio de semana!!!
Hola Víctor, destacada reseña la que realizas abordando la película desde todos los puntos posibles. En lo personal estas rarezas cinematográficas me gustan aunque es cierto que en muchas ocasiones los interpretes dejan bastante que desear. Un saludo, y buena semana de cine.
ResponderEliminarExtraño enfoque le han dado. Interesante, en especial luego de esta reseña me dieron ganas de verla.
ResponderEliminarPista para que puedas encarar mi última entrada: Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Abrazo!