15 de junio de 2019

OCHO SENTENCIAS DE MUERTE (1949)

La malsana obsesión de un título nobiliario. 
La comedia inglesa siempre ha tenido algo especial, desde sus inicios hasta el día de hoy. Sin lugar a dudas su mejor etapa para mi es la que se denomina la comedia Ealing, pues se producían en sus famosos estudios. Estos son los más antiguos del mundo, fundado en 1902 por Will Braker que compró los terrenos en esa localización. Su mejor etapa es la que abarca los años 40 y 50 llenas de títulos maravillosos, cargadas de un humor negro muy especial, siempre de refinadas formas. Hoy me detendré en esta película que considero de las mejores comedias que he visto en mi vida, hablo de "Ocho sentencias de muerte" (1949). Este film está ambientado a principios de 1900 y es una adaptación un poco libre del relato escrito por Roy Horniman titulado "Israel Rank" (1907). Una historia que se dice es autobiográfica sobre un judío que se dedicó a matar a los que le precedían en pos de un título nobiliario en la realeza británica. Dicho esto el film trata de eso mismo, vemos como un tipo intenta asesinar miembros de su familia hasta ser el sucesor legítimo del título de Duque. El director que está tras la cámara es Robert Hamer, que supo hacer una comedia genial con los ingredientes que tuvo a su cargo. 
Estos implican a los actores que dan vida a los personajes que desfilan en la pantalla. Ahí está Alec Guinness que se desdobla hasta en ocho papeles diferentes (un duque, un banquero, el párroco, el general, un almirante, el joven Ascoyne, el joven Henry y Lady Agatha). Como aspirante al título de Duque está el actor Dennis Price (Louise). Junto a ellos Valerie Hobson y una joven Joan Greenwood. Juntos ofrecen un despiadado retrato de la burguesía inglesa, sin cortarse en reseñar sus miserias y malos modos ante los que ellos llaman plebeyos. 
La película se nos narra a modo de flashback mientras Louis escribe sus memorias desde una cárcel donde pasa sus últimas horas de vida. En lo más alto de "Ocho sentencias de muerte" se encuentra un guión perfectamente escrito (como se echa de menos eso hoy día) por el propio director Robert Hamer junto a John Dighton. No se andan por las ramas en discernir sobre actos deleznables que la alta sociedad lleva a cabo, impuestos en algunos casos por la época que les tocó vivir, y en otras ocasiones por su codicia y vil persona. Todo ello con unos brillantes diálogos que es el aire fresco que desprende la película. La puesta en escena rezuma elegancia por todas partes, un vestuario perfecto y una linda fotografía hacen el resto. Un comedia que pondría sin remilgos entre lo mejor del séptimo arte. Una patada a una sociedad que tanto antes como ahora sigue siendo cruel con los menos favorecidos, y que de algún modo ya es hora de que cambie. 

Puntuación general: 10/10

(fotos:IMDB.video:acontrafilmshome)

6 comentarios:

  1. Vi esa película, recuerdo que me gustó.
    Como un pequeño detalle puede cambiar el resultado de un plan.

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  2. Que tal Victor!
    Nada que añadir a tu estupenda reseña, diria que tus elogios hacia esta pelicula son sobradamente merecidos. A mi tambie me fascinan las peliculas inglesas de este estudio. Una de esas joyas que se vuelve a ver con sumo agrado. Un final que todavia me sigue dejando maravillado...
    Saludos!

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    1. La verdad es que esas comedias son magistrales, un nivel altísimo todo lo que se producía allí.

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  3. por tu ultima frase es una comedia peronista jaja... la verdad es que nunca había escuchado de ella...

    y ademas lo raro es hacer comedia sobre un guion de asesinatos ja... está al nivel de LA DE CHAPLIN SOBRE EL BARBA azul? SALUDOS...

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