12 de marzo de 2019

BARBARA & ERNIE:"Prelude to". La extraña pareja

Estupefacto me hallo todavía, al escuchar por enésima vez esta joya perdida en el tiempo, editada en 1971 por el sello especializado en soul sureño, Cotillion. De la insólita unión entre el guitarrista Ernie Calabria y la cantante y pianista soul, Barbara Massey, surgió la grabación de un disco donde confluyeron una diversidad de estilos con naturalidad pasmosa.
Nuestros dos protagonistas eran experimentados músicos de sesión. Calabria, como guitarrista de Harry Belafonte en los años sesenta, de Nina Simone o de Anita Carter (de la Carter Family), mientras que Massey, como corista para artistas tan variados como Jimi Hendrix, Herbie Hancock, Quincy Jones o Cat Stevens.
Su colaboración dio lugar a un disco claramente adelantado a su tiempo; un cruce de soul, funk, psicodelia, r&b, pop y folk, que aparentemente desconcertó en la época en que fue publicado y que rápidamente se evaporó sin dejar rastro. Pero es en la actualidad, en la que estamos tan escasos de propuestas originales, cuando tanto dj’s como coleccionistas ávidos de rarezas, han conseguido valorar en su justa medida, lo que hizo esta parejita hace la friolera de cuarenta años. Sorprende que discos de este calibre o el “Soul Fever” de Marie “Queenie” Lyons, por citar otro ejemplo, pasasen tan desapercibidos a principios de los setenta, quizás debido a la efervescencia de la escena soul de aquel periodo.
Emparentado quizás con las atrevidas producciones que Richard Evans y Charles Stepney perpetraron para artistas de Cadet Records como Marlena Shaw o Rotary Connection, lo que hace que este disco tenga un sonido tan especial es que está interpretado íntegramente por músicos de jazz curtidos en mil batallas como Joe Beck, Chuck Rainey, Ray Lucas, Bill Salter, Sam Brown y sobre todo, el célebre Keith Jarrett, que deja su impronta en el tema que cierra el disco, “Satisfied”, además de las aportaciones al teclado y a la guitarra de Barbara y Ernie. Como guinda del pastel, la producción corrió a cargo de Joel Dorn, habitual productor de jazz y r&b para Atlantic Records (Roberta Flack, Keith Jarrett, Mink Deville o The Neville Brothers, entre otros, engordan su currículum) y la orquestación dirigida por el prestigioso arreglista y también productor brasileño, Eumir Deodato.

Entrando en el terreno de las composiciones, el disco empieza de forma inmejorable con la abrasadora y pasional “Play with fire”, dando paso a continuación, al clásico de Jefferson Airplane, “Somebody to love”, transformándolo en un tema completamente distinto, casi irreconocible. Y el caso es que los de San Francisco no sólo están presentes con el tema en cuestión, sino que dejan notar su influencia en el ambiente psicodélico que impregna gran parte del álbum. En cambio, “Prelude” podría pasar, sin ningún género de dudas, por un clásico en el repertorio de Carly Simon, dada su sensualidad. Otros temas, como “Do you know” o “ Listen to your heart” (sampleada hace años por los Chemical Brothers) recuerdan en el tratamiento pop de las voces a grupos como Free Design. En cambio, “My love and I” tiene el sabor de la Laura Nyro más accesible. El disco finaliza de forma plácida con “Satisfied”, un tema funky con un ritmo sinuoso apuntalado por unos preciosos coros góspel.
En fin, es una pena que la aventura de estos dos músicos se redujese únicamente a este trabajo. Supongo que ninguno era consciente, en ese momento, de que estaban grabando el disco de sus vidas ni que, como dice la contraportada del mismo, estaban creando una música nueva, un nuevo sonido, un nuevo sentimiento.

Autor del texto: LITTLE BASTARD
(fotos:discogs.videos:shoooooshka)

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