28 de noviembre de 2019

BLOODSTONE "Natural high"

Me imagino que todos recordaréis la ya lejana en el tiempo “Jackie Brown”, la tercera película de Quentin Tarantino, que rendía un evidente homenaje a los populares films blaxploitation de los años setenta. Lógicamente, su banda sonora también iba en esa línea, repleta de “black music”, y de entre sus temas, destacaba en especial el elegante “Natural high” de Bloodstone, un gran éxito en 1973.
Formados en Kansas City (Missouri) en 1962, a partir de un grupo de doo-woop llamado The Sinceres, seis años más tarde estaban instalados en Las Vegas y de ahí se trasladan a L.A. en busca de un contrato que no acaba de llegar. En 1971, la banda ya constituida por Charles Love (voz y guitarra), Melvin Webb (batería), Charles McCormick (bajo y voz), Willis Drafen Jr. (guitarra y voz), Roger Durham y Harry Williams (ambos a la percusión y voz), se traslada a Londres aconsejados por su manager, donde ficharán por London Records (subsidiaria de Decca) tras una brillante actuación como teloneros de Al Green.



Después de girar por Europa y USA, debutan con “Bloodstone” (1972), un interesante y enérgico álbum plagado de buenos temas (“Sadie Mae”, “Take these chains”, “You don´t mean nothin” o una extensa versión de “Little green apple” de Bobby Russell). Además editan dos singles simultáneamente (“That’s the way we make our music” y Girl (you look so fine)”) no incluidos en dicho trabajo y compuestos por su nuevo miembro, Eddie Summers, que sustituye al anterior batería. En Inglaterra conocen a Mike Vernon, fundador del sello discográfico Blue Horizon y prestigioso productor (Otis Spann, Fleetwood Mac, Savoy Brown, John Mayall o Ten Years After), que se encargará de su nuevo y flamante trabajo, “Natural high”. Grabado en el verano del 72 y publicado a principios del 73, alcanza el top-10 en las listas R&B con su single homónimo y, a la postre, tema definitivo de su carrera, llegando a vender la friolera de un millón de copias.

Natural high” es una hábil y sutil combinación de funk, soul, r&b, doo-woop, góspel y pinceladas de rock hendrixianas (aunque éstas fuesen más evidentes en su intenso debut), un álbum caracterizado por el perfecto empaste y falsetto en las voces de los miembros de Bloodstone, al estilo de otros coetáneos como The Delfonics, The Chi-lites, The Moments o The Stylistics.

Sin llegar al status de obra maestra, es un trabajo más que notable, donde aparte de su clásico tema homónimo, destacan cortes como “Who has the last laugh now”, el repescado single “That’s the way we make our music”, un curioso medley versionando a Bo Didley titulado “Damn that rock’n’roll: Bo Didley/Diddley Daddy” y el trío final de temas (“Tell it to my face”/”Ran it in the ground”/Never let you go”) fusionados al estilo de la cara B de “Abbey Road”.
Sus siguientes pasos discográficos, “Unreal” (1973), “I need time” (1974) o “Riddle of the Sphinx (1974), si bien no alcanzan el nivel de popularidad de “Natural high”, los mantiene en el candelero, traduciéndose en una serie de éxitos como “Never let you go”, “Outside woman” o “My little baby”, llegando incluso a rodar una película, “Train ride to Hollywood” (1975), para aprovechar el tirón de todo lo que huela a blaxploitation.


Gracias a la notoriedad obtenida durante esos años, tienen la oportunidad de girar con músicos del calibre de Sly & the Family Stone, Curtis Mayfield, Marvin Gaye, Elton John, Chaka-Khan, The Supremes, Gladys Knight & The Pips, etc.
Con el ocaso de la década, su impacto va decreciendo y, tras un fugaz paso por la Motown con “Don’t stop” (1978), recalan en el sello de los Isley Brothers, T-Neck Records, donde obtienen su último éxito, “We got a long way back” (1982) de su álbum homónimo, hasta su separación en 1984, tras la publicación de Party (1984). En la actualidad, a pesar del fallecimiento de varios miembros originales del grupo (Draffen, Durham o Webb), los restantes componentes (Charles Love, Harry Williams y Charles McCormick) siguen actuando como Bloodstone en el circuito nostálgico americano.


Cartucho extra:





Artículo escrito por LITTLE BASTARD

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