Como
en cualquier faceta de la vida, existen músicos que han tenido la
fortuna de estar en el lugar adecuado en el momento oportuno y otros,
como nuestro entrañable protagonista, que no han corrido la misma
suerte. Y es que un hecho concreto, que más adelante relataré, dio
al traste con la carrera de este excelente vocalista soul de voz
cálida y poderosa. Mickey
Murray nace en North Augusta (South Carolina) en 1938, y ya desde muy
pequeño la música corre por sus venas, iniciándose en el góspel
junto a su hermano Clarence. En la época del instituto, mientras
éste ficha como vocalista por los Swanee Quintet, Mickey hace lo
propio con los Dixie Jubilaires. Será su profesor de secundaria
quien lo ponga en contacto con el promotor Sam Gantt, mánager de la
popular banda The Zippers, con los que empezará a girar con
regularidad, y a través del cual conoce a Blanche Carter
(compositora de “Devil or angel” popularizado por The Clovers o
Bobby Vee), quien a su vez le presentará en Macon al productor Bobby
Smith del sello SSS International; éste queda en llamarlo cuando
encuentre el tema adecuado y ese será, ni más ni menos, que “Shout
Bamalama”, una vieja composición del Otis Redding pre-Stax, y que
Mickey, aunque reticente en un principio a grabarla, adaptará en una
versión aplastante, superior y más vitalista que la original y con
la que conseguirá un bombazo, a finales del 67, rozando el top-10 en
las listas r & b y llegando a vender un millón de copias. Ese
éxito le permitirá abrir shows para colosos como Aretha Franklin,
Wilson Pickett, Dyke & the Blazers, Isley Brothers o Staple
Singers.
Desafortunadamente,
los siguientes singles publicados (tanto la cálida balada “Lonely
room” como la funky “Hit record”) no corrieron la misma suerte
y es una pena porque tanto los citados temas como el propio álbum,
publicado un año más tarde, tienen un nivel excelente (todo ese
material viene incluido en la recopilación publicada por Vampisoul
en el 2004, “Shout Bamalama and other super soul songs”). Y es
que el bueno de Mickey se mueve como pez en el agua tanto en los
temas más efervescentes y dinámicos (“Flat Foot Sam”, “Sticky
Sue”, “I’m coming back to you”, “Are you ready”…) como
en los más lentos y aterciopelados (“Got you on my mind”, “Treat
him right”, “Pledging my love”, “Am I that easy to forget”…)
en un trabajo sin desperdicio alguno.
Y
antes de continuar con las andanzas de Mickey Murray, me gustaría
hacer un inciso para hablar del sello al que pertenecía hasta esos
instantes, SSS International. Propiedad de Shelby S. Singleton, era
conocido por ser el hombre que compró el catálogo de Sun Records a
Sam Phillips en 1969, aunque antes ya había conseguido un puñado de
hits en el ámbito del country. Tuvo la iniciativa de crear una
compañía con sus respectivas ramificaciones (Silver Fox Records,
Exit Records, Honor Brigade Records…) dedicada a publicar
excelentes temas de corte soul y r&b. Desde su nacimiento en 1967
hasta principios de los setenta, el sello lanzó cerca de 200 singles
grabados en el propio estudio de Shelby en Nashville o bajo la
producción de Allen Toussaint en New Orleans.
Así,
documentando la trayectoria del sello, Vampisoul sacó a la venta en
el 2006 un imprescindible recopilatorio titulado “Action speaks
louder than words”, representativo del excitante, sudoroso y
enérgico soul y funk que SSS International publicó entre 1967-70,
combinando a artistas medianamente conocidos como Bettye Lavette (“Do
your duty”), Sam Dees (“Lonely for your baby”), Johnny Adams
(“I don’t worry myself) o el propio Mickey Murray (“Sticky
Sue”) con otros que probablemente sólo conocerán los fans más
obsesivos del soul, pero que son igualmente recomendables, como su
hermano Clarence Murray, Marilyn Haywood, Bettie Harris, Jake Porter,
Rosalind Madison, Baby Al & The Capps, The Jerms, etc. Como reza
la pegatina del álbum: nada de baladas, sólo temazos funky-soul
rompepistas.
Retomando
el asunto Murray, ante la creciente falta de interés del capo de SSS
por el soul sureño, y tras un intento fallido de incorporarse al
sello Stax, ficha en 1969 por la precaria, en el terreno económico,
Federal Records (subsidiaria de King Records) que acaban de perder a
James Brown y buscan desesperadamente a alguien que cubra el hueco.
Mickey tiene todos los mimbres para convertirse en la nueva
superestrella del sello y graba un nuevo álbum, “People
are together”, un canto a la igualdad racial y a la denodada lucha
por los derechos sociales.
Pero,
lamentablemente, el single homónimo da de lleno en la llaga,
tratando el tema de la desigualdad social de forma demasiado directa
y criticando la actitud de los blancos, que a menudo acaban
apropiándose de los logros de los músicos de color en su propio
beneficio; paradójicamente es boicoteado por los propios DJ’s
negros, que se niegan a radiarla por considerarla demasiado
provocativa, temerosos de perder su puesto de trabajo. Además, el
sello por el que ha fichado se encuentra sumido en una profunda
reestructuración, ya que ha sido absorbido por Starday/Lin
Broadcasting, que está más interesado en las reediciones del
catálogo que en promocionar nuevos artistas. Así que su nuevo disco
muere antes incluso de ser publicado, sumiéndose en el olvido más
profundo y, de paso, arruinando la carrera del bueno de Mickey.
Y
si bien el mencionado álbum es interesante no es menos cierto que se
queda lejos del material grabado en SSS. De todas formas, por si las
moscas, vuelve a probar suerte con una vieja composición de Otis
Redding, “Fat girl”, con el “Ace of spades” de O.V. Wright o
el clásico de la Motown, “Money (that’s what I want)”, además
de otros temas como “Going back to Alabama”, “Try a little
harder”, “I wanna see my baby” o “The Buzzard”. Después
del fiasco con King Records, siguió girando durante un par de años,
editando algún que otro single para dicho sello, entre ellos el
excelente “I can’t tell you (1972), pero sin demasiada promoción
ni suerte. A partir de ese momento, vuelve a su ciudad natal y
desgraciadamente su actividad se va espaciando. Ficha por un
minúsculo sello llamado Pepco, se integra durante una temporada como
vocalista del grupo funk, The Jungle Band, a mediados de los setenta
y ya, en 1988, graba tres canciones como invitado en el álbum funk
de Tony Cook and the Party People. Así, hasta desaparecer
definitivamente del negocio de la música.
Hace
unos años, Secret Stash Records consiguió reeditar en vinilo
“People are together”, un trabajo difícil de encontrar hasta ese
momento, para deleite de los aficionados. Incluso los propietarios
del sello, Eric Foss y Cory Wong, se animaron a respaldarlo
instrumentalmente en algún concierto puntual a Mickey con motivo de
la presentación del disco. Y aunque sería más que interesante la
grabación de nuevo material, me temo que Mr. Murray, a sus 81
primaveras, no está dispuesto a renunciar a su relajada vida
dedicada a colaborar con la iglesia baptista y al cuidado de su
primoroso jardín.
Artículo escrito por LITTLE BASTARD
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