5 de marzo de 2019

Sonidos de ébano: CLARENCE REID


Clarence Reid es el protagonista de una de las historias más estrafalarias de la música negra. Un competente compositor e intérprete de temas soul nacido en Cochran (Georgia) en 1939, dotado de una voz sedosa (al estilo Joe Tex) que hace sus primeros pinitos en el show business bajo el nombre de Clarence Reid & the Demiras, donde conocería a su principal colaborador en los años venideros, Willie Clarke, compositor y productor de Florida. Autor de hits de R&B entre 1960-75 para artistas tan diversos como KC & the Sunshine Band (a quién apoyará en sus inicios), Sam & Dave, Gwen McCrae (Rockin’ Chair, un top-ten de 1975) y sobre todo, para Betty Wright, para quien produjo y compuso, junto a su inseparable Willie Clarke, el magistral elepé “I Love the Way You Love”.
En 1969, Atlantic Records, a través de su subsidiaria Alston Records, le publica “Dancin’ with Nobody but You babe”, un sólido debut donde incluirá su clásico funky “Nobody but You Babe” y otras composiciones propias (Part Time Lover, Doggone It o Fools Are Not Born), además de versiones de los Beatles (Get Back), Tony Joe White (Polk Salad Annie), Edwin Starr (25 Miles), Smokey Robinson (Shop Around) o Curtis Mayfield (I’ve Been Trying).
En 1970, el sello discográfico Tays-ter publica “Nobody but You Babe” (está claro que no se muestra muy original con los títulos de sus trabajos), un disco, a mi juicio, superior y dotado de mayor personalidad que su debut, pero infravalorado y parece que olvidado en el tiempo, básicamente formado por una serie de singles que había publicado entre 1967-1968 (I’m sorry baby/Let those soul sounds play, Heaven's gonna welcome you/The Price I have to pay, Something special about my baby/Along came a woman) y una nueva versión de su clásico funky “Nobody but You Babe”, muy similar a la de su anterior disco (con voz femenina), salvo por una breve intro con sintetizador que sustituye a la sección de vientos de la versión original. También destaca sobremanera el homenaje al fallecido Otis Redding en “Heaven Will Welcome You”, la emocionante balada “I’m Sorry Baby” o la dinámica “Along Came a Woman”. Es un trabajo de auténtico soul sureño sin desperdicio alguno y que muestra al tándem compositivo Clarke-Reid compenetrado y en gran estado de forma.
Pero Clarence, que es un tipo trabajador y prolífico, colabora desde 1968 con una quinceañera Betty Wright para la que compone una serie de temas (el exitoso temazo “Girls Can’t Do What The Guys Do” o el pegadizo “He’s Bad, Bad, Bad”) que formarán parte de su álbum debut “My First Time Around” . 
Pero lo mejor vendrá cuatro años después con el clásico “I Love The Way You Love” (1972). Clarence y su colega Willie Clarke se hacen responsables tanto de la composición de la mayor parte del disco como de la producción. En el fondo, lo considero otro disco de Clarence Reid, sólo que utilizando como instrumento la voz de Betty Wright. El primer single, “Clean Up Woman”, supone un auténtico bombazo alcanzando los puestos más altos tanto en las listas de r&b como de pop. Pero el resto del disco no le anda a la zaga y es que el dúo Reid-Clarke están en un auténtico estado de gracia compositivo: El tema homónimo, I’ll Love You Forever Heart and Soul, If You Love Me Like You Say You Love (con un irresistible estribillo), ‘I’m Gettin’ Tired Baby’, ‘Pure Love’ o el bello final “Let’s Not Rush Down the Road of Love”. Todos de un nivel excepcional. El disco se completa con una versión de la Motown “I Found That Guy” (que también popularizaron los Jackson Five) y el socorrido clásico de Bill Withers “Ain't No Sunshine” y dos temas compuestos, curiosamente por Willie Clarke junto a uno de los guitarristas del disco, Willie Hale (All Your Kissin’ Sho’ Don’t Make True Lovin’ y “Don’t Let It End This Way”). Un trabajo exuberante y sensual, donde predominan los medios tiempos, por el que hubieran matado divas del soul como Aretha Franklin o Diana Ross, por poner un par de ejemplos.
Esa colaboración productiva con Betty Wright se extenderá hasta su siguiente disco “Hard to Stop” (1973), para el que compondrán las apreciables “BabySitter”, “It’s Hard to Stop (Doing Something When It’s Good to You)”, “If You Think You’ve Got Soul” o singles como “Is It Your Girl” (un tema similar y con claras referencias a “Clean Up Woman”), “Let Me Be Your Love Maker” o “Secretary”. Y aquí empieza la parte estrafalaria en la carrera del bueno de Clarence. Aunque tiene su origen en 1965, cuando edita bajo el nombre de Blowfly la canción “Rap Dirty” considerado por algunos expertos como el primer tema rap de la historia, es en 1971 cuando crea definitivamente un alter ego disfrazado de supervillano, junta una banda para la ocasión y se dispone a grabar un disco con hits de aquella época pero cambiándole las letras por otras, digamos, obscenas o sexualmente explícitas. Por supuesto, esa idea no atrajo a ninguna discográfica, así que tuvo que crear su propio sello (Weird World) para poder editar dicho trabajo y posteriores. La cuestión que me he planteado desde el absoluto desconocimiento es por qué Clarence Reid dio un giro de 180 grados a su carrera. ¿Quizás para sacar su faceta de showman? ¿Para aumentar sus ingresos? ¿Exceso de creatividad tal vez, al estilo George “Funkadelic-Parliament” Clinton? ¿O simplemente perdió la cabeza?
Realmente no es una cuestión que me parezca trascendental ya que, al fin y al cabo, fue su decisión, y que no sé si contesta el documental que sobre él vio la luz en el 2011 (The Weird World of Blowfly), que desgraciadamente no he podido visionar. La cuestión es que, aunque siguió sacando discos como Clarence Reid, Running Water (1973) u “On the Job” (1976), por ejemplo, iría paulatinamente dándole prioridad a su alter ego Blowfly, de modo que hoy en día es más conocido por su faceta de “Dirty Rapper” que por su pasado como compositor de temas funky y soul, y esa situación le ha conducido irremediablemente a un estatus totalmente underground. Resulta doloroso visionar actuaciones de sus últimos años donde sólo alcanzó a ver un viejo disfrazado grotescamente, producto quizás de una broma que se ha alargado demasiado en el tiempo, actuando en antros de mala muerte con gogos bailando a su alrededor. Prefiero recordarlo como un brillante y fructífero compositor de finales de los sesenta y principios de los setenta.
*Artículo escrito por el nuevo colaborador en esta sección: LITTLE BASTARD

(fotos:All music. video:Ewan Bruce)

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